• Por la libre elección del modo de parir y recibir a nuestros hijos.

  • Parto humanizado - Parto respetado

    Ambos conceptos intentan sintetizar y expresar un posicionamiento ideológico-asistencial que representan un modo de analizar y constituir una práctica que recupera el sentido ético de la asistencia durante el embarazo, el parto y el nacimiento humanos.
    Constituyen un enfoque opuesto al modelo asistencial que se define como medicalizado o tecnocrático, donde prevalecen la práctica e intervenciones protocolizadas e indiscriminadas que guían bajo preceptos puramente biológicos al accionar profesional.
    El respeto en el parto supone considerar actitudes y comportamientos de los profesionales asistenciales que tomen en cuenta los deseos y necesidades de cada mujer en relación con la experiencia del parto y el nacimiento. Pero una mayoría de asistentes considerarán respetuoso el modo de hacer prevalecer criterios que con todo afecto y respeto modelarán su intervención. La idea de plantear como concepto superador la humanización en el parto lo es desde la apelación al máximo atributo de nuestra humanidad cual es la capacidad de reflexión permanente - por fuera de todo protocolo- de cada uno de nuestros actos e intervenciones, y su impacto individual, diferente y distintivo en cada sujeto-mujer que recurre a nuestra ayuda, acompañamiento y cuidado; desde sus propias y singulares vicisitudes vitales.
    Es un ámbito recreado desde la libertad y conciencia plenas de sí mismo y del otro.
    En la idea del parto humanizado siempre está presente el respeto. En la idea del parto respetado suele darse un sesgo en el cual la capacidad reflexiva se halla obturada por preconceptos genéricos en los cuales la singularidad e individualidad se encuentran subordinadas al pensamiento irreflexivo que evita cuestionar aquello que constituya el dilema de mala práctica o buena práctica.
    Por ejemplo la realización de una episiotomía sistemática se defiende desde el respeto irreflexivo por el supuesto de cuidar la mejor integridad futura del piso pelviano.
    Ningun profesional dejará de pensar que es absolutamente respetuosa su indicación sin poder pensar en el eventual menoscabo de la integridad existencial de una mujer y sus vivencias. O la idea del respeto que significa entronizar el parto institucional.
    Por todo eso la prevalencia del concepto del parto humanizado

    El parto y el nacimiento humanizado se fundamenta en la valoración del mundo afectivo-emocional de las personas, la consideración de los deseos y necesidades de sus protagonistas: madre, padre, hija o hijo y la libertad de las mujeres o las parejas para tomar decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir, en uno de los momentos más conmovedores de su historia.
    Lo opuesto es el proceso de medicalización habitual en el que el destino de la mujer y su hijo está sujeto a procedimientos de intervención rutinarios que no consideran las diferencias y especificidades individuales, transformando en violentas las actitudes asistenciales.
  • ¿QUÉ SIGNIFICA PARTO HUMANIZADO?

    Reconocer en padres e hijos a los verdaderos protagonistas.
    •No intervenir o interferir rutinariamente en este proceso natural, no habiendo una situación de riesgo evidente.
    •Reconocer y respetar las necesidades individuales de cada mujer/pareja y el modo en que desean transcurrir esta experiencia ( en una institución o en su domicilio).
    •Respetar la intimidad del entorno durante el parto y el nacimiento.
    •Favorecer la libertad de posición y movimiento de la mujer durante todo el trabajo de parto (parto en cuclillas, en el agua, semisentada, o como desee).
    •Promover el vínculo personalizado entre la pareja y el equipo de asistencia profesional.
    •Respetar la necesidad de elección de la mujer de las personas que la acompañarán en el parto (familia, amigos).
    •Cuidar el vínculo inmediato de la madre con el recién nacido, evitando someter al niño a cualquier maniobra de resucitación o exámenes innecesarios.